Tragedia en Jet Set deja cicatrices imborrables en la familia Díaz Patricio
Lenin Díaz Patricio carga con heridas visibles e invisibles tras el colapso del techo en la discoteca Jet Set, una tragedia que le arrebató a su hermana y a su cuñado, y dejó a su familia con secuelas físicas, emocionales y económicas que persisten a casi tres meses del hecho.
La madrugada del 8 de abril, lo que parecía una noche de alegría familiar terminó en una tragedia para los Díaz Patricio. Lenin, quien asistió al centro nocturno junto a su hermana Manny Arisleydi Díaz Patricio y su cuñado Agustín René Méndez Suberví, hoy enfrenta una dura realidad: parcialmente paralizado, con múltiples fracturas y afectaciones neurológicas, y la ausencia irreparable de sus seres queridos.
La pareja, que llevaba 25 años de matrimonio, falleció aquella noche, dejando huérfanos a sus tres hijos de 24, 20 y 17 años.
Secuelas físicas y emocionales
Lenin se moviliza en silla de ruedas. Aún no puede caminar, perdió parcialmente la audición del oído derecho y ha sido sometido a dos cirugías craneales. Sufre de parálisis facial y lesiones severas en piernas, espalda, costillas y hombros, además de presentar daños en su columna vertebral. La tragedia también impactó a sus padres: su madre fue diagnosticada con síndrome del corazón roto y su padre permaneció dos meses en cuidados intensivos, actualmente con movilidad reducida.
“Yo parecía estar muerto. Sentí que me pasaban por encima. Gracias a Dios, alguien me vio mover una mano y me sacaron de los escombros”, relató Lenin, con lágrimas al recordar aquella noche.
Despertó 10 días después en el Hospital Ney Arias Lora, sin recordar lo sucedido. Creyó haber sufrido un accidente vehicular. Poco a poco, la realidad fue develándose: su hermana no aparecía, y su familia le ocultaba la verdad para protegerlo emocionalmente.
“Mi hermana nunca me habría dejado solo”
El relato de su despertar es conmovedor. Al notar la ausencia de Arisleydi, preguntó por ella. Le dijeron que estaba de viaje. Pero Lenin lo supo de inmediato: “Eso no es verdad. Mi hermana no se iría sabiendo cómo estoy”.
Con la voz entrecortada, recuerda su última conversación con su cuñado al comprar las boletas para el show del merenguero Rubby Pérez: “Íbamos a pasar una noche maravillosa en familia”.
“Aún no hemos recibido ayuda”

Hasta la fecha, ninguna institución estatal se ha acercado a ofrecer asistencia, denunció Lenin. Tampoco han recibido el bono de emergencia que el Gobierno, a través del programa Supérate, prometió a los afectados por el desplome.
La familia tampoco ha sido contactada por los propietarios de la discoteca Jet Set.
Los gastos médicos acumulados superan los cinco millones de pesos, incluyendo tratamientos neurológicos, psicológicos, medicamentos, terapias y la contratación de profesionales que deben trasladarse a su hogar por su limitada movilidad.
“Aún me faltan cirugías. No puedo trabajar, mi negocio está cerrado y no tengo ingresos. Solo Dios sabe cómo hemos resistido”, lamenta Lenin.
Una familia marcada para siempre
Lenin describe a su hermana y cuñado como “personas nobles, trabajadoras y entregadas a su familia”. Hablar de ellos aún le causa un profundo dolor. Las cicatrices en su cuerpo son apenas un reflejo de las que cargan su alma y su entorno familiar.
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