Juan Soto, bajo fuego por no correr: entre críticas, expectativas y la filosofía del esfuerzo
El béisbol, como la vida, a veces se define por los pequeños gestos. Y cuando esos gestos no ocurren —cuando, por ejemplo, un jugador no corre con todo desde la caja de bateo— el silencio puede ser ensordecedor… hasta que explota en forma de crítica.
Juan Soto, una de las estrellas más prometedoras y talentosas del béisbol moderno, está en el centro de una tormenta mediática y emocional, luego de ser captado en dos juegos consecutivos sin correr con intensidad tras conectar la bola. Un detalle que, en condiciones normales, tal vez pasaría desapercibido. Pero cuando eres el pelotero mejor pagado y tu rendimiento ofensivo ha sido discreto, ese pequeño detalle se convierte en símbolo de algo más grande.
El peso de ser el referente
Soto no es un novato. Sabe, como pocos, que en el diamante cada segundo cuenta, cada jugada puede marcar la diferencia. En los Mets de Nueva York, su presencia no solo es esperada, es fundamental. Y cuando un equipo entero —una ciudad, incluso— deposita en ti sus esperanzas, el margen de error se achica, y el compromiso esperado crece.
No correr con esfuerzo puede parecer una falta menor, pero en el lenguaje no escrito del béisbol, es una afrenta al juego. La velocidad es una de las herramientas clave del jugador completo. Convertir rodados en hits, correr de primera a tercera, distraer al lanzador. En eso, también se construyen las victorias.
El debate: ¿falta de esfuerzo o fatiga de temporada?
El mánager Carlos Mendoza salió al frente para defender a Soto, hablando de la complejidad emocional y física que implica una temporada de Grandes Ligas. Su mensaje fue claro: esto no es solo un tema de correr o no correr. Es un tema de humanidad. De cansancio acumulado. De factores que muchas veces el público no ve, pero que inciden profundamente en el rendimiento.
Y es que los atletas no son máquinas. Por más que los millones digan otra cosa, siguen siendo humanos con días buenos y días grises. Con músculos tensos, mentes presionadas y corazones que también se fatigan.
Una crítica que duele… y una oportunidad para crecer
Lo que para algunos fue un simple “descuido”, para otros —aficionados, cronistas y exjugadores— fue un símbolo de desconexión con el juego. En redes sociales y programas deportivos, se encendió el debate sobre si las estrellas actuales están perdiendo el fuego competitivo que definía a los ídolos de antaño.
Pero toda crítica, por dura que sea, también puede ser una oportunidad de redención. Soto tiene la misión, no solo de producir con su bate, sino de liderar con su actitud. De poner el ejemplo con cada jugada, incluso —y sobre todo— cuando no sale el batazo esperado.
Porque el béisbol es un juego que celebra tanto el jonrón como el esfuerzo de correr 90 pies a toda velocidad, incluso cuando parece que no vale la pena. Porque, muchas veces, esa carrera extra es la que cambia el destino de un partido… o la percepción de una carrera.
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