Salutaciones,
Amigas y amigos,
Cuando llegamos al gobierno lo hicimos sobre la base de una visión
del desarrollo diferente a lo que durante décadas se practicaba en
nuestro país. Nuestra política es de planificación estratégica, visión
a largo plazo, explicada y monitoreada. Sobre todo, que el
crecimiento beneficie a todos.
Una verdadera visión de cambio que pone la calidad de vida de las
personas en el centro de las políticas públicas, que es lo mismo que
poner en el centro de actividad de nuestras instituciones, es la tarea
que éste gobierno ha desarrollado en estos años y que se pueden
medir y comparar.
Este Gobierno, funciona como tal, de manera coordinada, porque
tiene un propósito conjunto. Cada uno hace su parte para llegar
juntos a la meta marcada.
Por ello es de importancia capital que se pueda lograr, como nunca
antes hemos hecho, la articulación de todas las entidades,
comenzando por los entes rectores: Ministerio de la Presidencia;
Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo; Ministerio de
Hacienda y Ministerio de Administración Pública, entidades que
tienen la responsabilidad de regir el camino a seguir y de
acompañar a las instituciones ejecutoras.
Las políticas no operan en el vacío, no pueden estar desconectadas,
hay que tener una visión de conjunto y solo así podremos tener
unos resultados sólidos y que cimenten un verdadero cambio
irreversible.
No es posible el desarrollo de la calidad educativa si las niñas y los
niños no tienen salud suficiente.
No es posible generar empleo si el proceso educativo no se piensa,
junto a la formación, en capacidades básicas y valores, en la
empleabilidad en el futuro.
No es posible tener un buen desarrollo rural si en el campo no hay
buenas oportunidades de empleo, educación y vivienda, para que
las y los jóvenes se queden en su territorio.
Por lo tanto, no es una institución la que impulsa una política, sino
que son muchas instituciones la que la empujan. Es entre políticas
articuladas que se logra mejorar la calidad de vida de la gente.
Y esto es lo que se ha puesto de manifiesto en este evento que
sintetiza la visión de Gobierno y esta nueva construcción.
Esta nueva forma de hacer gobierno, esta nueva manera de hacer
política pública donde la meta común es la clave, y cada institución
ha tenido que adaptarse y enfocar su producción en ese fin superior.
Para ello, hemos puesto en marcha el Plan Nacional Plurianual del
Sector Público, que durante los 3 primeros años de mandato ha
sido la guía para el establecimiento de las políticas y la producción
de las instituciones.
Hemos visto cómo nuestra prioridad en inversión pública ha sido el
agua, la vivienda, el transporte y la salud, con una inversión
conjunta de más de 50 mil millones de pesos en 2023. Más que
cualquier otro gobierno en esos renglones.
Asimismo, otra de las prioridades es la calidad del gasto público.
Por esa razón hemos puesto énfasis en el uso de las herramientas
que permitan priorizar la producción y los proyectos de inversión
pública, como el nuevo modelo de priorización de proyectos que
exige criterios de cohesión territorial, de alineación con las
prioridades del Gobierno y de viabilidad de terminación de los
proyectos.
Otro de los principios rectores de la gestión del Gobierno es
asegurar que las inversiones se hacen donde vive la gente,
porque el desarrollo debe ocurrir allí también.
En función de eso, se han desarrollado y puesto en marcha distintos
mecanismos como los consejos municipales y provinciales de
desarrollo, la iniciativa del Gobierno en las provincias, y la continua
presencia nuestra en las comunidades a lo largo y ancho del país.
El objetivo es contar con la participación de las personas en sus
decisiones de su desarrollo.
Asimismo, se han puesto herramientas para que ahora, las
decisiones y necesidades expresadas por la gente sean la parte
primordial de las decisiones de política y de producción de las
instituciones. Con ese propósito se creó el Registro Único de
Demandas Territoriales, que permite que las demandas de todos
los territorios pasen a ser parte de los planes estratégicos de las
instituciones y de sus presupuestos para asegurar que cada
centavo sea la solución a los principales problemas que se necesiten
solventar en beneficio de la población.
Como el desarrollo debe ser para la gente, sobre todo la más
vulnerable, fue puesto en marcha el Fondo de Cohesión Territorial,
herramienta que forma parte de la Estrategia Nacional de
Desarrollo, que ya impacta con 123 proyectos en los 50 municipios
y distritos municipales más pobres de nuestro país, para generar
las condiciones básicas de servicios y de fomento de potenciales
económicos para contribuir con el cierre de la brecha de pobreza
en esos territorios más atrasados de la nación.
Otro de los principios en nuestra propuesta de gobierno es que el
desarrollo no es una aventura personal. Lo que hay que lograr es
un ecosistema nacional que desarrolle capacidades y cree
oportunidades para todo el mundo. Para ello, todos tenemos que
trabajar de manera coordinada. Con esa visión, hemos logrado
articular, a niveles no alcanzados con anterioridad, los apoyos de la
cooperación internacional para que los proyectos que se ejecuten
sean en función de las demandas principales. Hemos visto como las
carteras y los principales organismos multilaterales de
financiamiento y las agencias de cooperación internacional se
alinean totalmente con las prioridades del Plan Nacional Plurianual
del Sector Público.
Entre las principales quejas que se han atendido está la
desarticulación entre las prioridades, antiguamente llamadas las
presidenciales y las de desarrollo. Hemos generado un notable
proceso estructurado sin precedentes, entre el Ministerio de la
Presidencia y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo,
gracias al cual las prioridades consensuadas con el territorio, la
gente y las instituciones son también las prioridades que emanan
de la Presidencia de la República.
Aquí ya no hay un criterio divino que decide, sino una razón
medida para actuar.
Amigas y amigos,
Después de acoplar las prioridades, se atendió la separación que
había entre planificación y presupuesto, que era otra queja
importante, puesto que no permitía que el presupuesto nacional
fuera la expresión económica de los resultados prioritarios de la
planificación para el desarrollo.
Sin embargo, ahora, con la proliferación de los Programas
Presupuestarios Orientados a Resultados y la articulación entre la
planificación y el presupuesto, podemos decir que el gasto público
es de mayor calidad porque la planificación lidera y dirige la
inversión que hacemos en el presupuesto.
Finalmente, el culmen de la voluntad de articulación para ejecutar
lo planificado y mejorar la calidad de vida de la gente es el nuevo
modelo de evaluación de desempeño de esas entidades, en el que
ahora la clave principal para obtener buenas notas es el logro de
los resultados que la población espera de ellas.
Las instituciones de educación, por ejemplo, solamente estarán
bien evaluadas si evidenciamos con hechos que la calidad de la
educación ha ido mejorando.
Este gran cambio en la forma de ver las cosas nos ha ayudado a
tener logros muy significativos, como los que se han visto durante
estas dos jornadas.
Por ejemplo, el empleo ha aumentado, el desempleo ampliado ha
bajado de 14.7 en diciembre de 2020 a 11.7 en igual período de
2022; hemos logrado una mayor participación de las mujeres en el
mercado laboral, pasando de una tasa de 43.5% a 46.5% en el
período antes mencionado. Así mismo, los jóvenes que no estudian
ni trabajan disminuyeron de 28.3% a 21.2%.
Esto no ha sido fortuito, sino el fruto de políticas acertadas en
términos de empleo gracias al fomento de los sectores productivos,
lo que se puede ver muy claro con la creación de nuevas empresas,
parques industriales y zonas francas y al continuo aumento, por
ejemplo, en nuevas inversiones hoteleras y de otro tipo, las cuales
alcanzaron en 2022 un máximo histórico de 4 mil millones de
dólares.
Ahora bien, con los logros alcanzados hasta ahora y el panorama
que se nos presenta, ¿hacia dónde debe ir ahora la orientación de
las políticas públicas de gasto e inversión?
Sin dudas, a seguir mejorando la calidad de vida de la gente. Con
soluciones que resuelvan los problemas actuales, pero mirando
hacia las megatendencias que definirán la sociedad del futuro. Esto
implicará, por ejemplo:

  • Promover políticas activas de empleo que tomen en cuenta el
    aumento de la participación de la mujer, las transformaciones
    tecnológicas y la inteligencia artificial.
  • Promover inversiones públicas y privadas que tomen en
    cuenta la gestión de riesgos y la resiliencia de la economía y las
    comunidades a los embates, cada vez mayores, del cambio
    climático.
  • Adaptar el sistema de salud al nuevo perfil epidemiológico de
    nuestra población, promoviendo con mucha más fuerza cambios en
    los estilos de vida, en el consumo y la actividad física, que
    prevengan enfermedades.
  • O pensar en el desarrollo de la población rural, no solo como
    proveedores de alimentos de las ciudades, sino como personas que
    también merecen vivir mejor.
    En síntesis, debemos seguir promoviendo la calidad de vida de
    nuestra gente, con los pies puestos en el presente, pero con la
    mirada atenta a lo que nos depara el futuro.
    Así, decía el cineasta Woody Allen; “Me interesa el futuro
    porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
    Pues bien, planifiquemos ese futuro para pasar nuestra vida
    de la mejor manera posible.
    Muchas gracias a todos y todas y que Dios les bendiga siempre.

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