Santo Domingo.- Luego de finalizar una asamblea en Juana Méndez (Ouanaminthe, en francés) donde participaron representantes de la sociedad civil, empresarios, periodistas y otros sectores, los haitianos determinaron que las relaciones diplomáticas y comerciales con República Dominicana son “abominables, repugnantes e intolerables”.
En consecuencia, redactaron un documento donde esbozan las condiciones para el establecimiento de las bases sobre las que se erigirían nuevas relaciones con República Dominicano y a partir de ahí la reapertura de los mercados fronterizos y el comercio en sentido general.
El documento lo firman Albert Pierre Paul Joseph, Clément Pierre, Dionel Germain, Simpson Charles Amazan, Emmanuel Raphaël, Thony Desauguste, Hérald Myritil, Hervé Pierre, Patrick Emilien, Bélizaire James Dobson, Gérald Jean Charles, Saint Preux Rolanson, Roselène Pierre.
El objetivo de ese nuevo enfoque que plantean para unas nuevas relaciones entre las dos naciones de la isla sería, según explican en el documento, superar la etapa en la que supuestamente se les venden “carne podrida” y las trabas para la obtención de visas por los canales regulares para, a la vez, facilitar que “todas las noches ciertos oficiales dominicanos de alto rango organicen viajes clandestinos a costos exorbitantes”.
“Al día siguiente, estos mismos oficiales superiores preguntan y obtienen la deportación masiva de los haitianos que ya pagaron el viaje, dijeron los asambleístas, según confesaron. “Y el sórdido comercio comienza de nuevo a la vista del presidente Abinader”.
Trata de personas
De hecho, casi todos los trabajadores haitianos en la República Dominicana son objeto de trata de personas, sostuvieron. Explicaron que la trata de personas es una “delincuencia” presente en la vida cotidiana dominicana”.
Los rascacielos, aseguraron, se construyen con la sangre de los haitianos. “Sin embargo, el trabajador haitiano que prepara hormigón por la mañana es deportado por la noche, antes de recibir su salario”.
Visas al mejor postor
Los haitianos reunidos en Juana Méndez dijeron que las visas dominicanas se venden “al mejor postor”.
Precisaron que, incluso, los pasaportes se guardan en los consulados como medida de seguridad para vender las visas “al triple del precio de un visado que debería haber sido una cortesía”.
Bajo pena de deportación, los dominicanos admiten a estudiantes haitianos regularmente en las universidades, “pero no pueden obtener una visa de estudiante para toda la duración de sus estudios”.
Siete condiciones
Sin ninguna digresión, refirieron en el documento, los participantes en la reunión desarrollaron y retuvieron siete (7) primeras condiciones obligatorias, como parámetros para redefinir el ámbito de las relaciones diplomáticas y comerciales. de Haití con la República Dominicana.
“1. La RD debe reconocer perentoriamente el derecho de uso de la República de Haití sobre los recursos hídricos compartidos. En caso de preocupación sobre el modo de uso de un recurso compartido, se creará una comisión binacional cuyo trabajo objeto de un memorando de entendimiento o convención. Cualquier sanción o medida privativa previa se interpretará como un obstáculo evidente para la búsqueda de una solución amistosa.

  1. Es necesario reequilibrar el mercado binacional. Los derechos de cada Estado deben distribuirse equitativamente. Los dominicanos se beneficiarán de un día de mercado; los haitianos, otro tanto.
  2. El Estado dominicano debe respetar las reglas para deportar a haitianos hacinados en jaulas asfixiantes. violaciones de los derechos humanos, incluidas las agresiones físicas, las violaciones y la trata de personas, que deben cesar. Los autores de estos abusos, al igual que los organizadores de viajes clandestinos, deben ser llevados ante la justicia y su condena debe publicarse ampliamente. Los actos de deportación deben respetar tiempos, días, mujeres embarazadas, domicilios.
  3. Los estudiantes haitianos, establecidos regularmente en la República Dominicana, deben beneficiarse de una visa de estudiante durante toda la duración de sus estudios sin necesidad de pagar un impuesto de entrada mensual o trimestral.
  4. Debe crearse una comisión internacional de auditoría para examinar la delimitación geográfica de los dos Estados y hacerla informar a cada gobierno.
  5. Las mercancías provenientes de RD y con destino a Haití deben ser especialmente evaluadas y aprobadas por un servicio de Aduana. Su calidad deberá ser certificada por dicho servicio, cuya copia podrá ser obtenida por cualquier beneficiario.
  6. Las víctimas haitianas de la inmigración y cualquier instancia de la República Dominicana deben ser objeto de una investigación por parte de una Comisión Especial “Justicia y Verdad”, integrada por Haití, República Dominicana y otros países. El informe será enviado a cada Gobierno”.

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