Nos puede arrebatar lo más preciado de nuestras vidas, dejando una huella. Carmen me llama llorando, pidiendo disculpas porque no ha podido visitarme. Le contesto que no importa, porque lo que más tenemos es tiempo. Ella se calma mientras conversamos un largo rato. Al otro día, la tarde se tornaba gris y sombría cuando recibí una llamada de Cleo; su preámbulo me alerta de que algo inminente ha ocurrido. Ella me saluda y me pregunta si estoy sola, y que me siente en caso de no estarlo.
En ese pequeño instante comprendí que la tensión sentida en ese momento era presagio de lo que sucedería más adelante. Sentía una fuerte opresión en el pecho y que me temblaban las piernas. Fue entonces cuando me enteré…
Corrí por el pasillo del hospital, quebrada de tanto dolor. Todas nos encontramos en el camino; Cleo caminaba hacia mí, y a su lado, postrada en una camilla, estaba Carmen; su cuerpo inerte, como una roca en medio del desierto; sus ojos llenos de lágrimas, mostrando su corazón aún latente; mi vista nublada; mis ojos, cual río desbordado.
El aire estaba impregnado de un olor a antiséptico. Acaricié su rostro, tomé sus manos en las mías y le dije: «Todo estará bien», mientras Cleo ponía su mano sobre mi hombro. Después de practicarle una tomografía, mi hermana, en mis brazos, inhalaba su último suspiro. “Lo que más tenemos es tiempo” y “Todo estará bien”, frases trilladas convertidas en una total falacia.
«Veinte años no es nada», dice una canción de Gardel. Veinte años han pasado desde ese fatídico suceso. Nunca te olvidaré, nunca podré olvidarte; una hermana no se olvida. Hay una frase, la cual atribuyo como propia, que es la siguiente: “El problema no es que la vida es una. El detalle consiste en que la vida es prestada”. El tiempo pasa, todo pasa en la vida, menos la palabra de Dios, decía mi abuela.
El tiempo es un cruel amigo, dice otra canción. El tiempo no perdona, y vaya que es inminente. Aprovechemos el tiempo, disfrutemos la vida y digamos a nuestros seres queridos cuánto los amamos. Hoy estamos aquí, mañana no sabemos. Aún tenemos tiempo.
Escritor por :
Elena De los Santos
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